No debe correr.
Debe desafiar a su miedo, y pese a él debe dar el siguiente paso en su aprendizaje, y el siguiente, y el siguiente.
Debe estar lleno de miedo, pero no debe detenerse.
¡Esa es la regla!
Y llega un momento en que su primer enemigo se retira.
El hombre empieza a sentirse seguro de si.
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